
Entras a la tienda a comprar solo unos yogures y sales con tres bolsas. O ves un anuncio irresistible en redes sociales y haces clic sin pensarlo dos veces. ¿Te reflejas en estas situaciones? Estas son las trampas del gasto y solemos caer en ellas.
Aunque parezcan inofensivas, estas pequeñas decisiones pueden afectar seriamente tus finanzas personales a largo plazo. Hoy te contamos algunas de las trampas más comunes y cómo salir de ellas.
Las ofertas engañosas
Frases como “compra dos y llévate uno gratis” y “descuento solo hoy” crean una urgencia y una sensación de oportunidad que, si no necesitamos lo que nos están vendiendo, supone un gasto innecesario. Pregúntate si lo comprarías si no estuviera en oferta. Si la respuesta es no, probablemente no lo necesitas.
El gasto emocional
Comprar para sentirnos mejor es algo que pasa. Si tienes un mal día o llevas una semana con mucho estrés, premiarte comprando algo que no necesitas puede convertirse en un hábito costoso.
Los gastos hormiga
Esos pequeños gastos diarios que parecen inofensivos, como un café camino del trabajo todos los días, snacks o delivery muy a menudo, pueden sumar una cantidad enorme al final del mes. Haz un seguimiento de tus gastos diarios durante una semana. Te sorprenderás. Luego, puedes elegir uno o dos que puedas reducir sin afectar tu calidad de vida.
Compras online por impulso
Pasamos mucho tiempo en redes sociales, donde nos saltan muchos anuncios. Y, con un solo clic, lo tenemos muy fácil para caer en la tentación. Piensa bien si realmente lo necesitas antes de comprar.
Un presupuesto claro
Es fácil gastar más de lo que deberíamos si no contamos con un presupuesto claro. Es nuestra herramienta muy útil para controlar nuestro dinero, especialmente nuestros gastos; no tiene que ser restrictivo.
No se trata de dejar de gastar; se trata de ser consciente de lo que gastamos para no comprometer nuestro bienestar financiero.