
Todos hemos estado ahí: ves una televisión nueva, un ordenador que necesitas o incluso estás pensando en cambiar de coche. Las compras grandes pueden ser emocionantes, pero requieren una planificación para que no supongan un dolor de cabeza.
Planificar una compra grande no significa dejar de disfrutarla. Al contrario, hacerlo pausadamente y con cabeza te permite comprar sin culpa y sin estrés. El secreto está en organizarte y ahorrar previamente para no comprometer tu estabilidad financiera por un impulso.
Aquí te dejamos algunos pasos para que puedas hacer frente a una compra grande sin que tus finanzas se tambaleen.
Pregúntate si realmente lo necesitas
Hazte la pregunta clave: ¿es un deseo o una necesidad? No se trata de negarte un capricho, sino de ser honesto contigo mismo, lo que puede ayudarte a evitar compras por impulso.
Pon precio a ese desembolso
Antes de comprar, investiga cuánto cuesta exactamente lo que quieres o necesitas. No mires sólo el precio del producto: ten en cuenta también el resto de los gastos como impuestos, envío, instalación o accesorios extra. Así tendrás una cifra más exacta.
Haz un plan de ahorro
Una vez que sabes cuánto necesitas, establece una meta clara y divide esa cantidad entre los meses que te gustaría esperar para comprarlo.
Evita financiar sin revisar las condiciones
Las mensualidades «pequeñas» a veces suponen comisiones y/o intereses altos. Antes de financiar tu compra, revisa cuánto terminarás pagando en total. Si puedes esperar y comprarlo sin financiar, mejor. Si no puedes esperar, pon precio de nuevo al desembolso contando con los gastos de esa financiación.
No pongas en riesgo tu fondo para emergencias
Nunca uses el dinero que tienes reservado para emergencias para darte un capricho. Ese colchón es sagrado. Mejor espera un poco más, pero con tranquilidad.
Revisa tu presupuesto
Antes de hacer una compra grande, asegúrate de que ese gasto no va a desbaratar tu mes y de que vas a poder hacer frente a tus gastos indispensables.